Sebastián Martorell Heras, abogado. ¿Quieres conocerme un poquito y ver en que puedo ayudarte?. Sigue leyendo.
¿Por qué me dedico al asesoramiento jurídico y la defensa legal a empresas?
Pues muy sencillo, porqué en mis inicios en el mundo laboral, fui empresario, me llevé algunas alegrías y algunos golpes (tanto económicos como morales) y entendí que si estuviese bien asesorado o bien formado podría haber evitado muchos de esos golpes. Si además, ese asesoramiento lo hubiera recibido de alguien que acude al juzgado casi a diario, pues mucho mejor.
Decidí formarme, y desde 2007 estoy ejerciendo esta profesión que tanto me gusta, abogado, asesorando y llevando la defensa de mis clientes en «Sala» si es preciso.
¿Puedes (deberías) confiar en mí?
Esa es la pregunta, y la respuesta debes alcanzarla por ti mismo. Yo no te voy a pedir que confíes en mí, y menos sin conocernos, pues la confianza es un valor preciado, es algo que se consigue y gana con el tiempo.
Lo que sí puedo decirte es aquello que puedo aportarte. Tú en tu calidad de empresario o emprendedor, tienes y adquirirás una cierta experiencia. Yo podré darte un punto de vista diferente al tuyo, basado fundamentalmente en la previa experiencia y en haber vivido, o bien la misma situación o una muy similar, ya sea por mi propias vivencias, ya sea por tratarse de una problemática ya vista con alguno de mis clientes.
En definitiva, los conocimientos legales que he adquirido y la experiencia práctica me ayudan a aportarte, en muchas ocasiones, una solución satisfactoria.
Incluso en mi vida profesional como abogado, fundé un despacho, tuve socios/as, y nos separamos. Ello me dio mucha amplitud, perspectiva y visión de cómo hacer y no hacer muchas cosas. De esa experiencia digo que fue como hacer un Máster acelerado.
Ten presente que yo te puedo asesorar, pero no me convierto en el gerente de tu empresa, la concreta decisión la tomarás tú, si bien, lo podrás hacer con el refuerzo legal correspondiente, de forma que o bien suprimas el riesgo o bien lo reduzcas considerablemente.
Obviamente en la redacción de un contrato, su clausulado o una interpretación legal, yo te daré mi respuesta profesional, y tú no tomas prácticamente ninguna decisión en la redacción del contenido, pero si tomas la decisión de firmarlo, de si te conviene vincularte o no.
¿Y sobre los costes?
Mi gran preocupación en mis inicios, y aún lo sigue siendo a día de hoy, eran y son los costes que me supondría tal o cual decisión (desde una contratación a un despido, o la suscripción de un contrato, o incluso la aceptación o no de determinado cliente o proveedor). Yo en ningún momento valoré la opción de pagar a un abogado (experto en aquella materia) para que me asesorara, creía que lo podía hacer todo yo. Me di cuenta de la pérdida de tiempo y dinero que ello supuso, y cualquier abogado, por elevado que fuese su coste, me hubiera ahorrado tiempo y dinero. Bueno, corrijo mis palabras, cualquier abogado no, un abogado profesional y experto si.
Los empresarios y emprendedores valoramos siempre la parte económica (y en ocasiones el tiempo) que nos puede suponer una decisión en nuestra empresa. Pero en no pocas ocasiones, algunos olvidan que hay un coste emocional. Es el tiempo, entendido como dolor de cabeza, inseguridad, o capacidad de afrontar el posible error cometido, nuestro estado anímico, y nuestra capacidad posterior para seguir adelante.
Con la ayuda de un profesional, y espero ser yo y no otro, puedes reducir esos costes, pues si bien es cierto que asumes de inicio el coste de ese asesoramiento previo, es altamente probable, por no decir 100% seguro, que en global reduzcas el coste final, y por ende obtengas mayor productividad en la decisión que adoptas.
Para aquellos que tienen ese leve temor a no superar una mala decisión es muy recomendable rodearse de profesionales (asesor laboral, fiscal y jurídico) que orienten al empresario en la toma de decisiones, y no sean únicamente meros tramitadores de nóminas, contabilidades e impuestos o contratos.
¿Quién NO soy?
Como te decía anteriormente, no soy un mentor u orientador de “idea de negocio”, un “gerente externo”, un “asociado” o un “coach empresarial” que te dice que hacer, cómo y cuándo. Ellos, se dedican a otra cosa, bienvenida sea su visión, pues pueden aportar su experiencia empresarial, pero no tienen, en la mayoría de los casos, conocimientos legales, ya que no se han formado en ello, ni tienen experiencia jurídico-procesal de batallar en los juzgados a diario.
Soy, o puedo ser, la persona que protegerá legalmente tu hacer diario, te protegerá a ti y a tu empresa desde la óptica legal, poniendo a tu disposición mi experiencia y conocimientos jurídico-legales, y lo aprendido, en muchas ocasiones, a base de errores, durante mis años como empresario. Y si algo no sale como esperamos, el Juzgado está para defender esos intereses, allí también te ayudaré.
Si has llegado hasta aquí, me enorgullece enormemente, pues te he generado a lo largo del texto, la inquietud de seguir leyendo hasta el final.
¿Qué te parece la foto que he elegido para ilustrar este artículo? ¿Me dejas un comentario?
Eres un grande!
Gracias Patri, un abrazo!