Cerrar una empresa con pérdidas siempre es una situación delicada que hay que atajar de la mejor forma posible para no cometer errores ni alargar la situación demasiado tiempo, lo que podría provocar que los problemas se magnifiquen en un futuro. En una situación tan complicada, es completamente normal que te asalten multitud de dudas e inquietudes sobre cómo debes actuar y los pasos que debes tomar para intentar solucionar de la mejor forma posible esta situación.
En el artículo de hoy, voy a intentar explicarte de una forma sencilla y concisa todo lo que debes saber sobre cómo cerrar una empresa con pérdidas para que tengas toda la información posible y así tomar la mejor decisión, en cualquier caso.
Pasos para cerrar una empresa con pérdidas
Lo primero y más importante, es que debes contar con un profesional especializado en este tipo de casos a tu lado.
El proceso de cierre de una empresa con pérdidas puede llegar a prolongarse mucho en el tiempo y pueden surgir complicaciones durante el mismo que deben ser tratadas con la experiencia y cuidado que sólo un experto abogado puede proporcionarte.
Lo siguiente es no perder la calma, es comprensible que este tipo de situaciones tendamos a perder los nervios dado que es una situación muy emocional que nos puede crear estrés, pero debemos evitarlo en la medida de lo posible, dado que puede empujarnos a tomar decisiones equivocadas que pueden engrandecer el problema en fases posteriores.
Dicho esto, debes saber que el proceso de cierre de una empresa con pérdidas pasa por fases muy diferenciadas entre sí que debemos conocer para tener información de en qué punto nos encontramos y que pasos vendrán a continuación.
Tener toda esta información nos aportará tranquilidad a la hora de tomar la mejor decisión posible con ayuda del profesional que nos esté asesorando.
1. Intentar revertir la situación de pérdidas
Antes de llegar a la situación del cierre de negocio, es importante intentar en la medida de lo posible revertir la situación de pérdidas o, como mínimo, llegar a la situación menos grave para todas aquellas personas que conforman la empresa.
Esto puede lograrse elaborando un plan de viabilidad, en el que se pueda analizar la situación de liquidez, solvencia y endeudamiento.
Con este plan, en definitiva, una empresa puede saber de forma eficiente el margen de maniobra del que dispone y si existe alguna solución viable al problema económico por el que atraviesa.
Si el plan de viabilidad es desfavorable, no quedará más remedio que iniciar el proceso de cierre para poner fin a la empresa cuanto antes.
2. Iniciar el proceso de cese de actividad
En este punto, debemos distinguir entre dos situaciones diferentes:
- La empresa deudora está en quiebra y, por lo tanto, no tiene liquidez ni solvencia para hacer frente a los pagos de las mismas.
- La empresa deudora se encuentra en pérdidas, pero con solvencia suficiente para hacerles frente.
En el primer caso, la única vía posible para realizar el cese de la actividad y cierre de la empresa es acudir al mecanismo del concurso de acreedores.
Este procedimiento tiene como objetivo principal el llegar a acuerdos entre los acreedores y la empresa deudora para trazar un plan de devolución que sea realista y factible para saldar las deudas pendientes.
Es importante saber, que, en muchas ocasiones, mediante este proceso pueden llegar a pactarse acuerdos por cuantías inferiores a la deuda original, dado que los acreedores buscan recuperar el dinero debido, pero saben que si el proceso se alarga en exceso o se aportan pruebas de insolvencia pueden llegar a no recuperar la deuda.
Es por ello que en muchas ocasiones se llegan a pactar importes inferiores, puesto que es mucho más sencillo llegar a acuerdos factibles al reducir las cuantías y, de esta forma, asegurar ante la ley el cobro parcial del total.
En el segundo caso, el proceso difiere y se enmarca en tres fases muy diferenciadas entre ellas que vamos a detallar a continuación.
Fase de disolución
El inicio del proceso de disolución pueden realizarlo tanto los administradores, socios de la empresa o el propietario de la misma indistintamente.
Existen varias causas legales que permiten la disolución tal como se describen en el artículo 363 de la Ley de Sociedades de Capital (LSC):
- Pérdidas que disminuyan el patrimonio neto por debajo de la mitad del capital social o reducción de éste por debajo del mínimo legal
- Transcurso de 2 años con mayoría de acciones o participaciones sin voto
- La conclusión de la empresa, el cese de la actividad que constituya el objeto social, imposibilidad de conseguir el fin social o paralización de los órganos sociales.
Es importante saber que pueden existir también causas previstas en los estatutos de la empresa, que también deberán tomarse en consideración.
En este punto, si se trata de un acuerdo voluntario de disolución, bastará con una mayoría simple de los votantes de la junta para que el acuerdo sea efectivo. En caso de tratarse de una disolución por causa legal o estatutaria, deberá adoptarse mediante mayoría cualificada.
En cualquiera de los dos escenarios se deberá acudir al Registro Mercantil correspondiente a inscribir la disolución en un máximo de un mes desde la aprobación de la misma.
Fase de liquidación
Cuando ya se ha ratificado la disolución, se da paso a la fase de liquidación, aunque es común que ésta y la fase de disolución se ejecuten en el mismo momento para facilitar los trámites.
Durante esta fase, se pagarán las deudas y se realizará el reparto de bienes y derechos. Este proceso se realiza con el nombramiento de liquidadores, que velarán para que se realice un inventario y balance completo de la empresa con el fin de saldar las deudas.
Fase de extinción
La última fase permite a los liquidadores inscribir en el Registro Mercantil la extinción de la empresa como tal una vez saldadas las deudas. Cabe destacar que cualquier socio tiene potestad para impugnar el acuerdo durante dos meses.
Te recomiendo la lectura del siguiente artículo: ¿Cómo cerrar una empresa en quiebra y abrir otra?
Contratar con abogado especialista es crucial
La disolución de una empresa no es un asunto baladí, es un proceso que puede complicarse en exceso si no se realizan los pasos de forma adecuada y correcta, lo que podría acarrear consecuencias legales y económicas a medio y largo plazo.
Por ello, es imprescindible contar a tu lado con un abogado especialista en derecho concursal para que te asesore y te guíe durante todo el proceso, de forma que éste se resuelva de la manera más favorable para ti.
Puedes contactarme mediante el botón de WhatsApp ubicado en la parte inferior o bien mediante el formulario de contacto que encontrarás al hacer click en el botón de contacto, estaré encantado de atender todas tus dudas y peticiones para asegurar que el proceso de cerrar una empresa con pérdidas se resuelva de la mejor forma posible.